[:es][vc_row css=”.vc_custom_1446498795175{margin-top: 75px !important;}”][vc_column][ultimate_heading main_heading=”Informalidad y desempleo, la realidad de los jóvenes” main_heading_color=”#003f9c” alignment=”left” main_heading_font_size=”desktop:52px;” main_heading_margin=”margin-bottom:30px;”][/ultimate_heading][/vc_column][vc_column width=”2/3″][vc_single_image image=”7542″ img_size=”full” alignment=”center” css=”.vc_custom_1549574438577{margin-bottom: 15px !important;}”][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text css=”.vc_custom_1549572491323{margin-bottom: 30px !important;}”]En la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI) 1-2018, la población ocupada en Guatemala alcanzó 6,827,687 personas. De este número, el 38% son jóvenes entre 15 y 29 años. La Población Económicamente Activa (PEA) en este rango de edad es de 2,738,825, lo que equivale a una tasa de ocupación del 97.2%.

Para junio del año pasado, la tasa de desempleo de la población joven alcanzó el 2.8%. El dato parece bajo, pero el 70.6% de los jóvenes trabaja en el sector informal y el 10% labora un número menos al establecido en la ley para la jornada laboral, es decir como subempleado visible. Esto significa que la calidad de las condiciones laborales no son las idóneas.

 

El 82.8% de la población indígena y el 59.6% de la población indígena del total de la población ocupada se ubica en el sector informal y, por tanto, no tiene un contrato, no tiene un sueldo fijo, ni goza de afiliación al seguro social (IGSS).

Los jóvenes constituyen un grupo que demanda empleo, pero las principales dificultades que enfrentan en la búsqueda de una oportunidad laboral son falta de experiencia y poca formación.

Con información de ENEI 1-2018[/vc_column_text][vc_column_text][ssba][/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][vc_column width=”1/3″ css=”.vc_custom_1444947955809{margin-right: -15px !important;margin-left: 15px !important;}”][vc_wp_categories options=”count”][vc_wp_posts number=”5″][/vc_column][/vc_row][:]