El uso de herramientas tecnológicas es una característica vital de las generaciones actuales. Estas son fruto de la capacidad de las personas de crear artefactos que pretenden satisfacer alguna necesidad. En el caso del teléfono, se creó a partir de la necesidad de comunicarse a distancia con otras personas.

Escrito por: Mercedes Arias

Poco a poco, esta idea ha ido evolucionando en cuanto a su forma y propósito. De ser un gran dispositivo, pesado, que solo emite o recibe llamadas, pasó a ser un pequeño instrumento de bolsillo que incluía juegos sencillos como el de la serpiente que debe alcanzar una manzana. Ahora, el teléfono se ha convertido en mucho más que una herramienta para conversar con amigos, familia o para hacer negocios; ha marcado un antes y un después en la historia de la humanidad.

Las personas se han vuelto tan dependientes del smartphone, que resulta complicado figurarse cómo vivíamos antes sin este. El simple hecho de no cargarlo consigo en el bolsillo provoca una gran inseguridad. La resolución de problemas ahora es un proceso mucho más sencillo con ayuda del internet, cuando antes para buscar información era necesario recurrir a los libros (que la mayor parte de las veces no se tenían a la mano y se tenían que recorrer largas distancias para llegar a la biblioteca más cercana).

Marshall McLuhan en su teoría de “el medio es el mensaje”, justamente explica cómo estas nuevas creaciones tecnológicas se convierten en parte inherente del ser humano, es una extensión de nuestro cuerpo. El teléfono ahora funciona como nuestros ojos para ver lo que hacen los demás, como nuestra boca para expresar nuestras ideas y se ha convertido en fuente de conocimiento como extensión de nuestro cerebro.

A partir del uso del teléfono (que aumenta cada vez más) ha surgido la necesidad de crear protocolos para la sana convivencia comunicacional civilizada basada en el respeto. Algunos de ellos consisten en colocar el teléfono en vibrador al estar en una reunión para no interrumpir, mantenerlo apagado durante alguna función para no distraer o incluso no ver constantemente la pantalla al mantener conversación con otra persona como señal de atención a lo conversado.