Vivimos en la sociedad de lo instantáneo y lo fugaz. Pareciera que el crecimiento poblacional ha hecho que los 5 minutos de fama a los que cada quien tenía derecho se han esfumado y convertido en 10 segundos, o quizás menos. Pero ello no es culpa del desmedido crecimiento demográfico. No, este fenómeno se debe a que nuestro cerebro se acostumbra cada vez más y se vuelve adicto al click de la computadora, el celular o la Tablet.
Hace poco se volvió viral una ciudadana colombiana que decía ser un portal intergaláctico y que eso le permitía entender y hablar idioma alienígena. Proliferaron sus tik toks, no faltaron los memes e incluso ella ofrecía, por 85 dólares, clases para aprender a interpretar esas “frecuencias energéticas interactivas”. Su “popularidad” ya pasó y terminó siendo, como decimos los guatemaltecos, llamarada de tuzas.
Sí dejamos a un lado lo pintoresco de este caso, la pregunta es ¿qué nos hace consumir estos contenidos hasta volverlos tendencia? La pregunta puede tener como mínimo dos respuestas: 1. Vivimos en una sociedad líquida que se difumina con extrema facilidad y 2. La realidad diaria puede resultar tan agobiante que es necesario evadirse, desconectarse y esto crea la paradoja “me conecto para desconectarme”.
Al parecer existe una tendencia de los nativos digitales, no solo a consumir entretenimiento a través de las redes sociales, sino que también a “informarse” por medio de ellas. De acuerdo al Digital News Report elaborado por el Instituto Reuters y traducido por la fundación Gabo: “…en 12 mercados estudiados el 39% de los nativos sociales (18-24) utilizan las redes como principal fuente de información”. Este reporte indica que en el caso de España la cifra sube a un 47%.
El riesgo del dato anterior es que los contenidos “informativos” se consumen crudos, sin que se contrasten con otras fuentes y debido a ello se termina creyendo y compartiendo noticias falsas y eso es algo que saben los que las propagan. La solución de este problema es compleja. No se trata solo de hacer un llamado a contrastar y corroborar la información que circula en las redes. Es necesario salir del analfabetismo digital en el que navegamos. Comparto estas reflexiones para estimular la discusión.