Conocer al Buyer Persona es crucial para conectar con los clientes

El desconocimiento que las marcas tienen de su (o sus) Buyer Persona es más común de lo que se piensa. No saber quiénes son o tener una idea imprecisa de ellos puede llevar a varios problemas, por ejemplo, emitir mensajes genéricos que no captan la atención de la audiencia o un uso ineficiente de los recursos de marketing.
Escrito por: Rubén Mejía

Para definir a los buyer personas se puede empezar con la información propia disponible. Muchas marcas se sorprenderían de la enorme cantidad de datos que han acumulado de sus clientes a los cuales no les dan ninguna utilidad. Saber quién compra o usa el servicio, en qué momentos, en dónde se ubica y cuáles son sus hábitos de comportamiento constituyen oro puro.

Para complementar lo anterior se pueden recolectar datos de los clientes actuales a través de estudios cualitativos (grupos focales, entrevistas a profundidad, triadas, observación participante) y cuantitativos. Todo ello permite identificar patrones y características comunes y crear perfiles detallados que representen a los diferentes segmentos de audiencia.

A partir de estos perfiles, se pueden desarrollar estrategias de marketing específicas y ajustar las campañas según sea necesario para maximizar su impacto. Con un enfoque bien definido, se puede conectar de manera más efectiva con los clientes y lograr mejores resultados para el negocio.

Es recomendable que la marca defina varios Buyer Personas que representen cada segmento del mercado. Esto permitirá desarrollar mensajes y campañas específicos para cada grupo, asegurando que cada producto responda con las necesidades y los deseos de los diferentes clientes. Así, se podrá optimizar las acciones de marketing para cada segmento y mejorar la efectividad general de los esfuerzos que una marca realiza.

En este orden de ideas cabe mencionar que las identidades digitales (ver blog Nuestros Reflejos Digitales), equivalentes a las buyer personas, son perfiles detallados que las empresas crean a partir de cómo los usuarios se comportan en el mundo digital. Utilizan datos de navegación, redes sociales y dispositivos para personalizar experiencias y campañas. Estas identidades se actualizan constantemente gracias a la inteligencia artificial, que permite hacer segmentaciones más precisas. Además, deben cumplir con regulaciones de privacidad para proteger los datos personales. En resumen, son una herramienta clave para entender a los usuarios y ofrecer contenido relevante en el entorno digital.