Atrapados en la pantalla: La adicción a las redes sociales

Conversaba con un profesional de la medicina cuando le mencioné algo que había visto en Tik Tok. Inmediatamente sentí su mirada de sorpresa y disgusto acompañada de la pregunta correspondiente ¿Usted mira eso? Obviamente le dije que sí y su respuesta fue tajante: las redes son adictivas, las evito. Aclaro que dicho especialista tendrá a lo sumo 40 años, eso implica que sin ser nativo digital ha tenido acceso al internet y a redes al menos 2/3 de su vida.
Escrito por: Rubén Mejía

Su comentario me dejó pensando si en efecto las redes sociales pueden provocar una adicción o algún trastorno que modifique nuestra forma de pensar y de ser. De hecho, en lo personal he sentido un efecto que atribuyo a las redes y al internet: 1. Menor tolerancia a estímulos visuales largos (por ejemplo, una película de más de 2 horas) 2. Al leer algo impreso en ocasiones pienso: esto se podría responder con un tuit 3. Estar viendo una película o un documental y en paralelo hacer búsquedas sobre el tema en la red.

Indagando un poco encontré la opinión de Pedro Bermejo, neurólogo y presidente de la Asociación Española de Neuroeconomía, según la cual sí hay efectos de las redes en el cerebro de las personas, algunos de los cuales son altamente positivos. Dos de ellos, indica Bermejo, son: el desarrollo de nuevas conexiones cerebrales y la creación de nuevos métodos de aprendizaje. Algo que me pareció muy interesante es que ahora se sabe que la zona cerebral encargada de captar la sensibilidad de nuestros pulgares es mayor que en generaciones pasadas.

No obstante tener estos puntos a su favor las redes y el internet tiene su zona oscura. Sí pueden provocar adicción porque su procesamiento en el cerebro se efectúa en los circuitos relacionados con las recompensas. Por ejemplo, hay una liberación de dopamina cuando alguien recibe likes, por eso se puede volver una obsesión -principalmente entre los jóvenes- postear contenidos que sean del agrado de la gente. Por el contrario, se puede liberar adrenalina -vinculada a una mayor agresividad- cuando se participa en redes. Ello explica porque en el espectro de las mismas hay algunas que son bastante tóxicas. De acuerdo a un estudio realizado por la Chicago Booth School of Business redes como Facebook y Twitter posee una capacidad de adicción mayor que el alcohol y el tabaco.

Una recomendación frecuente para evitar los efectos negativos de las redes es dosificar su uso. Los teléfonos inteligentes suelen tener restricciones que uno mismo puede autoimponerse, de manera que pasado un tiempo ya no se pueda acceder a las mismas. Me impresionó algo que dijo la psicoanalista, Sherry Turkle, del Massachusetts Institute of Technology (MIT): “los lazos que formamos a través de internet no son, al final, los lazos que unen, pero sí los lazos que preocupan”.