La función real de la IA

Durante el 2023, me alegró la seriedad con la que las empresas de tecnología, los que desarrollan estos sistemas, los gobiernos y los medios de comunicación están tomando tanto las ventajas como los peligros de la IA.
Escrito por: Rocío Barillas

Si las capacidades de estos sistemas continúan aumentando exponencialmente, como muchos dentro de la industria, los actores antes mencionados tendrán que acelerar la velocidad en la generación de regulaciones, en beneficio de la seguridad e integridad de los humanos.

Ya existen casos, mínimos pero que poco a poco se van haciendo más comunes, tal es el caso de James, un chico de 14 años de Nueva York, que fue parte de un artículo en el NYTimes en noviembre pasado. James realizó un trabajó singular en un ensayo de inglés. La maestra, al revisarlo pensó que el ensayo era demasiado bueno y para verificarlo, lo pasó por un programa de computadora para comprobar si James había “facilitado el trabajo” usando inteligencia artificial. La “revisión artificial” le dijo a la maestra que el ensayo no sonaba lo suficientemente “humano” y que tal vez lo había escrito un chatbot.

James, además de quedar sorprendido por la credibilidad de su trabajo, comentó al NYTimes que también estaba asombrado y orgulloso de que tanto la maestra como detector de IA pensaron que había usado IA para escribir el ensayo. La historia de James terminó con un buen desenlace, ya que sus resultados como estudiante apuntaban a que lo que decía era verdad y la maestra le dio una calificación de 99 puntos en su ensayo. Así como James, hay millones de personas que pueden demostrar lo superlativo de la creatividad, el ingenio y la singularidad humana, más allá de la capacidad de la IA, que al final, termina siendo una asistencia para subir nuestro desempeño. Es importante tomar conciencia que la IA no es para sustituir funciones de quienes en realidad tienen el control, sino para aliarse a los objetivos trazados y potenciar los resultados que se desean.